Arcos


Los arcos de la ciudad de Mérida, fueron construidos alrededor del año de 1690, bajo el Gobierno del General Juan José de la Bárcena, por el Ing. Militar Manuel de Zezera a finales del siglo XVII. Son únicos en la República Mexicana y son los monumentos más originales con los que cuenta la ciudad de Mérida.

El objetivo principal de estas construcciones fue enfatizar y delimitar el centro de la Ciudad, ya que en esta zona (dentro de los arcos) habitaban españoles y criollos. Fuera de estos muros se encontraban los pueblos de indígenas y mulatos, que se convertirían en los barrios de la actual Ciudad.

Vale la pena admirar los arcos existentes, como el arco de "San Juan" en la calle 64 por 69-A, el arco de "Dragones" calle 50 por 61 y el arco "Del Puente" ubicado en la calle 63 por 50.

Esquinas

Fuente: Revista Populi. Publicación Quincenal, Año 1 No. 3. Primera Quincena de agosto de 2000.
Extracto de Nombres, números y esquinas de las calles de Mérida
Por: José E. Muñoz
El uso de los nombres de las esquinas fue tan extendido que en algunos casos se ponían imágenes gráficas que los representaban.



Hoy los nombres de las esquinas, felizmente rescatados, tienen un fin más bien decorativo para los rumbos céntricos de la ciudad. Los nombres de las esquinas de nuestra ciudad son tan variados que han dado lugar a diferentes clasificaciones e interpretaciones, los hay referidos a la flora: "El Rosal", "La Siempreviva", "El Pensamiento", "El Lirio", etc.; sin prescindir de los que se refieren a la flora y fauna vernáculas: "El Pich", "El Cocoyol", "El Dzalbay", "El Pájaro Hu", "El Checeh", "El Huech", "El Xkau", "El Chuy", "El Turix", "El Huelpoch", "El Chacmol", etc. Existen nombres marinos: "La Mar", "La Gaviota", "El Faro", "El Malecón", etc; los alusivos a la guerra: "La Guerrera", "Los Dos Soldados", "El Cañón", "El Zafarrancho", etc.; y los que pretenden denominar las mejores aspiraciones humanas: "La Buena Fe", "La Amistad", "La Libertad", "La Democracia", "La Honradez", etc.

En el año de 1928, durante el gobierno de Don Álvaro Torre Díaz, visitó nuestra ciudad la periodista norteamericana Miss Norton que quedó tan impresionada por la costumbre de darle nombre a las esquinas que hizo un reportaje al respecto, APRA, "The New York Times"; antes que ella, Waldeck y Stephens también se asombraron por esta singular costumbre.

La nomenclatura de las calles que hasta hoy prevalece fue propuesta por la H. Junta Directiva del Censo de 1895 y entró en vigor desde el 30 de julio del mismo año cuando gobernaba el Estado Don Carlos Peón Machado. El sistema aritmético que usamos sin lugar a dudas es eficiente, sin embargo tiene una gran desventaja: cancela la oportunidad de usar las vías públicas para dar a conocer la historia de los pueblos. Al denominar alguna calle con el nombre de un personaje histórico tarde o temprano se genera un efecto de cuestionamiento que puede llevar a descubrir la obra del personaje.

Uno de los grandes retos que tenemos es poder usar las vías y los espacios públicos para la difusión de nuestra historia y nuestras tradiciones. El adoptar el sistema numérico en el siglo pasado fue posiblemente un signo de modernidad que, se combinaba con los populares nombres de las esquinas.